jueves, 5 de mayo de 2016

CRIATURAS DE LA NOCHE


Imagen: Kog kog
Fuente: http://www.fotonaturaleza.cl/details.php?image_id=10932

Por Erwin Quintupill

Hará un mes aproximadamente, Guillermo se encontraba terminando apresuradamente una secadora de frutas. Ya había entrado la noche y me acerqué hasta el lugar. Entre otras cosas, escuchamos nítido un chillido similar al de un ciwkv[1] (chiwke o tiuque) que se nos venía haciendo familiar. ¿Qué pájaro será ese?, me preguntó. No tenía la respuesta. Acostumbro a salir al patio o más lejos a esas horas y aún más tarde, también. (Me declaro amante de la noche) y hubo instantes en que escuché con inquietud el sonido aquel. Recordé eso del puh ciwkv (tiuque de la noche). Se dice que es un ser que anuncia males. Algunos dicen – incluso – que se trata del piwcen (piwchen, piguchen), un ave mítica del que todos sabemos; pero, que nadie reconoce haber visto. Prefiero pensar que algunas aves de la noche también cambian sus sonidos, dependiendo de la época, como los zorzales y la tenca. Eso le comenté.

Quería hablar con Marco que es el más explorador de los asuntos naturales que conozco en estos tiempos. Antiguamente era una práctica común. Mi papá solía pronosticar el cambio de tiempo con asombrosa precisión, de tanto saber el comportamiento de la atmósfera que traía ruidos y aromas que él sabía reconocer. Un par de días después estando en su casa, comentamos el hecho. Se trata de un pichón de kog kog[2] (kong kong) me compartió. Él se las había arreglado para llegar hasta él, premunido de una linterna. Suele estar solo, capaz que muera, agregó.

¡Vaya, vaya! Así que de eso se trata. ¡Pobrecito! Después recordé que unos años atrás en un programa de televisión (La ley de la selva), pusieron una grabación del sonido que emiten los adultos de esa especie, asegurando que se trataba de lo que la gente del campo llama tué tué o chonchón. Querían desmitificar la existencia del pájaro aquel; pero, se equivocaron.

El kog kog tiene un “canto” de mucha intensidad. A mí solía asustarme en mi infancia. El otro, el enigmático chonchón, emite un sonido suave y breve, de baja intensidad. Siempre se le escucha mientras avanza, jamás estando detenido. El kog kog habita en nuestros bosques; el otro, pasa por aquí y no sabemos de dónde viene ni adónde va. El tué tué o chonchón emite un sonido bien distinto y característico. A lo largo de mi existencia lo he oído en el campo y en ciudades, como Concepción, Temuco, Nueva Imperial o Cunco. La tradición dice que es de mal agüero. Algunos aseguran que es la cabeza de un brujo o bruja que sale a volar por las noches. Conozco un relato espeluznante, al respecto. Y otro que tuvo como protagonista a parte de mi familia, en nuestra casa, por eso de haberle dicho que al día siguiente viniera a tomar chicha[3].

***

La noche está poblada de sonidos, de fenómenos luminosos que son interpretados de acuerdo a las circunstancias de quien los presencia. Muchos de ellos constituyen lo que nosotros llamamos perimontun[4].

Hace un par de semanas, estando sentados en el borde del corredor de la sede de Xafazkintun, cuando ya era noche vimos lo que podría ser un uyuce (uyuche). Se podían ver algunas estrellas y parte de la luz diurna que amarilleaba rojiza en el horizonte oeste. De improviso, surgió una luz intensa, como de un objeto que se incendiara en el firmamento. Avanzó una enorme distancia en el espacio. Era como un tizón quemándose, despidiendo colores amarillos, rojizos y otros también; pero, en mucho menor cantidad. Lo asombroso es que parecía estar ocurriendo a sólo unos pocos kilómetros de distancia y no allá en el borde de la atmósfera, por si se tratara de un meteorito. Parecía que todo pasaba por encima de Weycawe (Hueychahue), comunidad situada al norte de la nuestra.

Mi papá me habló alguna vez de ellos. Me dijo que siendo muy joven lo había visto acá mismo; pero, en otro lugar del espacio. Mi tío Anselmo dejó un poema en que habla de lo mismo, aunque lo llama de otro modo.

Aparte de la oscuridad y el frío otoñal, hay mucho que aprender de estas horas. Y al pici kog kog (pichi kong kong) le seguimos escuchando su chillido, seguramente en un reclamo a sus padres para que le provean de comida. Ellos, a lo lejos, dejan salir suavemente ese sonido que les caracteriza, pero suave, como acariciando al pequeño glotón.

02.04.16

Observación: La información referente al nombre científico de las aves y su distribución geográfica fue tomada de “Fauna de los bosques templados de Chile” (Celis-Diez JL, S Ippi, A Charrier & C Garín, CORMA, 2011).



[1] Milvago chimango temucoensis. Habita bosques y áreas abiertas del Wajmapu (wallmapu) desde Copiapó hasta Magallanes. También en la Antártica.
[2] Strix rufipes. Tipo de búho que habita los bosques templados del Wajmapu (wallmapu) desde Coquimbo hasta Magallanes. También en la Antártica.
[3] Estos relatos esperan salir de mi memoria y quedar en un libro, dedicado a las generaciones de ahora y del futuro de mi lof.
[4] La gente traduce esta palabra al castellano como visión. Se le asigna un carácter premonitorio, que anuncia desgracias, mas yo pienso y sostengo que gran parte de estos ejercicios están influenciados por el cristianismo que en todo lo nuestro vio algo maligno o diabólico. El perimontun, prefiero pensar son sucesos que ocurren en los límites de nuestra percepción dinámica y cambiante como todo proceso natural, más aún viniendo de un ser viviente como nosotros. Nos causan inquietud, por que la mayoría de ellos no cuentan con registros en nuestra memoria personal. También existe el perimontun que anuncia a una persona joven que ha sido elegido/a para ser maci (machi).

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